He tenido la gran fortuna de poder visitar, en poco tiempo, la gran retrospectiva del MUSEO REINA SOFÍA de Madrid que dedica al insigne artista Eugenio Salvador Dalí, y los alrededores de su MUSEO TEATRO en Figueres, su ciudad natal.
Dalí ha sido uno de los grandes artistas del siglo XX, y esto es constatable a poco que uno se acerque a su prolífica y sorprendente obra.
Dalí siempre cultivó una gran pasión por la ciencia y la tecnología, y se valió de ella, y fue pionero en su uso artístico (por ejemplo, en el nacimiento del video, fue uno de los primeros video performers), y esto sin desdeñar la gran tradición clásica del arte, del que era un gran conocedor. De su destreza e ingenio con el pincel nos ha dejado obras que ya forman parte del inconsciente colectivo.
 |
| Fachada lateral del Museo- Teatro de Dalí en Figueres, con vista de la cúpula geodésica de Pérez Piñero. |
La exposición de Madrid ha conseguido reunir obras de distinta procedencia que se han visto aquí por vez primera, aunque ya conocidas por ser algunas de las emblemáticas, junto con algunas de la colección permanente del museo. Y algunas curiosidades plagadas de ese humor fino ampurdanés que exhibía nuestro genio (tantas veces incomprendido por su gusto por representarse histrión) en su juventud, como por ejemplo, sus ataques (defensivos) contra los "putrefactos", pugna eterna entre el "estado de cosas establecido" y la frescura del artista "nuevo" y desinhibido.
Dalí pertenece ya al Olimpo de los clásicos. Seguirá siendo alimento artístico para las nuevas generaciones, que lo imitan, lo estudian, lo veneran o lo detestan.
Es un artista casi inabarcable, que creó un vocabulario propio de una riqueza inusitada, y del que queda aún mucho por descubrir, donde la leyenda, el bulo, se confunde a veces con lo verídico, que a su vez, supera lo ficticio.
 |
| Fachada a ras de suelo.JJMV |
